Musa: Blanca Miró

Aunque lo sea (porque lo es), a Blanca Miró Scrimieri no le gusta que le llamen blogger o influencer. Ese nombre que ponen todos los medios de comunicación a las chicas con una cifra importante de seguidores y con un estilo de moda que influye en ellos.

A ella le gusta la moda y quiere dedicarse a algo relacionado con ello de por vida, eso está claro. Pero que su trabajo tenga el nombre de influencer, no es algo que le agrade mucho.

Por eso prefiere que la gente piense más como una ‘consultora de moda’. Tiene su lógica. Sabe que influye en las personas que la siguen, pero también hace más cosas a parte de colgar fotos en Instagram, trabaja en revistas como estilista, modelo y, a parte, piensa en sus looks del día a día y mueve las redes sociales para seguir destacando en ellas, como lo ha hecho hasta ahora.

Pero en mi opinión tiene algo que la hace muy especial. Tiene un estilo único, vanguardista, ecléctico y que simplemente te llama la atención. Tal vez a muchos no le guste como se viste, pero tenemos que reconocer que estilo tiene porque sabe mezclar prendas, colores, accesorios y texturas como nadie, sin parecer un payaso disfrazado.

Veamos algunos looks de Blanca Miró, esos que la rompen:

¿Y de dónde viene todo ese bagaje? Según ha comentado, de su madre. De ella ha aprendido desde bien chica el valor de marcar la diferencia: “Cuando era niña recuerdo que entraba en su vestidor y admiraba todas sus piezas. Se lo robaba todo. Si Balenciaga sacaba un bolso, ella tenía el más extremo y original”. En ese vestidor aprendió a huir de la manada, a destacar por algo distinto y a cultivar una cierta rebeldía. Esto es clave.

Hoy, además de ser infuencer, tiene un nuevo emprendimiento, Vasquiat, un marketplace online con algo más de un año de vida que pretende desafiar el sistema tradicional de marcación de precios.

“No entendía porque había tantas rebajas. Me di cuenta que si compras algo, un mes después lo podías encontrar al 30% y tan sólo un poco después rebajado hasta al 60%. Actualmente, cuanto más esperas, menos pagas. Empecé a estudiar el fenómeno y a pensar que quizá eso era un problema grave que requería de una solución. Lo interesante sería recompensar a la gente que compra antes y no a la que compra después. Hacer esta inversión permite producir bajo demanda y hacer una previsión más acertada del stock. La misión es eliminar las rebajas y hacer una producción más sostenible económicamente”.